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2018-02-19

Fragmento Caprichoso 13

Escape de la Zona

—¡Ay Pancho, vos sos tan tierno!
—¿Sí? Ah, gracias Agustina. Vos también sos tierna. Creo que...
—Nada que ver, no lo soy, a lo mejor con vos sí, pero no lo soy.
—¡Gracias de nuevo! Es todo un honor para mi que seas tan tierna y considerada.
—Obvio, che! ¿No somos amigos?
—Sí, claro... Amigos...
—Sí, claro que lo somos! Para mi no sos cualquier hombre. Sos mi amigo, y eso es muy importante para mi!— Agustina lo abraza a Pancho, él le contesta intentando disfrutar todo lo posible el calor de su cuerpo pero sin parecer que se está aprovechando. Ella se le desprende bruscamente, lo mira y le sonríe. —¡Tenemos que salir uno de estos días! ¿Te parece?
—¡Claro que me parece! Pensaba invitarte alguno de estos días...
—Perfecto, este Viernes es para vos y yo, vamos a tomarnos unas birras y comer pizza bien llena de queso.
—Hecho!— Pancho casi explota, el corazón amaga salirle del pecho, intenta no parecer tan ansioso. —Igual, voy a revisar mi agenda, no vaya a ser que tenga algo que hacer.
—¡Jajaja! ¿Qué vas a hacer este Viernes? Lo que sea, lo suspendes y salís conmigo, no es negociable.
—Bueno, Agus, bueno, no es negociable. ¡Lo que sea por mi querida y preferida amiga, la mas linda!
—¡Jajaja! Basta, no seas salamero. Nos hablamos luego, tengo que estudiar.
—Dale, chau!
Se dan un amistoso beso y se despiden.

En su casa Pancho ensaya oraciones. Se mira al espejo, se dice que es el momento. Más de dos años aprendiendo de Agustina. Una mujer única, maravillosa, pero que confundida no dejaba de elegir hombres que no la valoraron como debían. Pancho siempre supo al valor de Agustina, y ahora parece que Agustina se está dando cuenta. El que lo haya invitado a salir no puede significar otra cosa —Se está dando cuenta de quien ha estado ahí siempre para ella, en qué hombro podía llorar— ¡Oh, sí! Pancho está lleno de ánimo positivo. Se baña y se siente sensual, y se perfuma, y se vuelve a mirar al espejo mientras canta una canción de Roxette, la banda favorita de Agustina.

Habían acordado encontrarse en la puerta de la pizzería, los mensajes fueron cariñosos y cortos, hubo algún icono de corazón. Agustina llega y lo encuentra a Pancho parado como distraído. Obvio, Pancho había llegado muy temprano y obvio, fingía que no estaba ansioso. La mira, le sonría, y con gesto teatral la invita a entrar abriéndole la puerta. Se sientan, ella mira alrededor, él sonríe y la mira a ella, ella dice...
—¡Me gusta esta pizería! Pero hace mucho que no venía. ¡Que bueno que vinimos!
—Sí, que bueno!— Y las miradas y sonrisas se cruzan...
El mozo se acerca a la mesa y les ofrece el menú. Típica carta de pizería, fotocopias en folios pegajosos. Agustina atina a adelantarse antes de que Pancho agarre la carta.
—¿Pedimos una grande mita y mita?
—¡Dale! La mitad de queso y peperoni para mí! Queso, jamón y morrón para ella. Y para tomar un balón de cerveza y una agua saborizada de pomelo. ¿Preferís otra cosa Agus?
—No, perfecto así. ¡Como me conocés!
El mozo se retira satisfecho por la diligencia, Agustina satisfecha por ahorrar tiempo y manos ensuciadas, Pancho disuelve la mirada en un todo, satisfecho por demostrarle a ella una vez más que la conoce profundamente. Él la conoce por que ha estado ahí para ella, por que la ha escuchado y la ha recordado y pensado.
—Entonces. Como te decía la otra vez, a Lucho no le doy mas bola hace rato. Resultó un pajero ordinario y un tramposo.
—No quiero decirlo...
—¿"Te lo dije"? Mejor no lo digas, yo sé que lo dijiste, vos sabes que yo lo ignoré. ¡Pero sabes como es cuando a uno le gusta alguien! Ves lo que querés ver, luego empezar a "ver"— Hace un gesto de comillas con sus dedos —Y lo negás.
—Sí, es feo, se te cae un ídolo.
—Algo por el estilo. Se desmoronan las expectativas. ¿Alguna vez te pasó? Calculo que sí, a todos nos ha pasado si vivimos suficiente...
—Sí, obvio, si vivimos a todos nos pasa! Pero también hay personas que cuanto más las conocemos, más perfectas nos parecen.
—¡Cuidado con eso, che! No somos perfectos.
—¡No! Ya sé. No digo eso, digo "nos parece". Es decir, que mas nos gusta como es realmente una persona, cuanto más la conocemos. Van pasando los años y las personas no son lo que creíamos, se vuelven especiales, íntimas.
—O más falsas, que sé yo... Bueno, con Lucho pasó un poco de todo. No quería aceptar que era un tramposo, pero también tenía sus cosas buenas. Además era divertido, y sexy, y ocurrente y con buen gusto, atento con las fechas. Y sexy. ¿Ya dije sexy verdad? ¡Jaja!— "Sexy" Ese Lucho le parecía aberrante a Pancho, un profano. En su cabeza se le revuelve una mezcla de asco y odio pensar que Agustina se sintió atraída por un ser como él. Y no solamente atraída! Se le escapan imágenes desde vaya a saber donde de su mente, ellos dos compartiendo la intimidad. ¡Monstruoso!
—¡Sí, ya lo habías dicho! No sé si era tan sexy... Pero lo importante es que al fin lo viste como realmente era.
—Mirá, el tema es que desde un principio lo vi como no era.— Con un gesto cómplice —Bueno, lo que vos dijiste. Pero si lo hubiese visto como era, podría haberla pasado bien con él y ya, sin engancharme. Lucho era un tramposo, medio forro, ya te dije que un pajero ordinario... Pero no era mal tipo, no sé si me entendés. Era cualquier cosa para estar en una relación, pero no era mal tipo. Ahí un poco fue error mio por "flashearla". Tendríamos que haber transado y listo, ponerle distancia. Igual que suelen hacer ustedes los hombres, ba!
—No nos metas a todos en la misma bolsa, che!— Esas palabras lo habían afectado, pero más lo había afectado la palabra "tranzar".
—Pará, no te ofendas. No digo que vos seas así, es una generalización.
—No todos los hombres somos así. Yo soy— "Diferente", "único", "verdaderamente gentil", "caballero" —soy...
—Un buen amigo, lo sé. No te conozco de otra forma, no solés hablarme de tus parejas.
—Pero yo no cago a las mujeres. No soy tramposo ni pajero. Lo que pasa es que no soy tan sexy y divertido como tipos como Lucho...— La situación se sale de las manos y a leguas las palabras parecen un reproche. Se hace un pequeño silencio, Pancho mira a su alrededor, ve algunos rostros apuntándole, siente que sus palabras fueron oídas en toda la pizzería y que los demás clientes se indignaron por su tono de reproche.
—No digas eso, che. No digas que no sos sexy y divertido. ¡Yo me divierto con vos! Todos somos sexys y divertidos, a nuestra forma.— Él piensa que ella solo dijo divertirse con él, no que le parecía sexy. —¡Ya vas a ver! Es cuestión de que te encuentres con una piba a la que le parezcas sexy y divertido, y listo. Bueno, que ella te parezca sexy y divertida a vos también.
—...También me divierto con vos, aunque a veces peleemos un poco— Le parece que agregar el "sexy" sería un problema, recula, planea, especula, se preocupa. —Bueno, yo deberé encontrar a alguien a quien le parezca sexy y divertido, vos deberás encontrar a alguien que te valore y respete. Ambos tenemos que encontrar a alguien que todavía no ha aparecido— ¡Error! —O que no nos hemos percatado que está...— Mejor. ¿Arriesgado? Piensa...
—Eso es lo que me gusta de vos, sos tan franco y directo. Me decís lo que me tenés que decir de una. Sin vueltas.— Agustina habla con gusto, y Pancho se siente nuevamente en su agua. Ella parece que le está dando señales, dice "que le gusta que", es una forma de decirle que él le gusta pero no quiere decirlo directamente. Ella sigue siendo mujer, le gusta "el juego", aparte esa táctica la ha usado Pancho varias veces para insinuarle. Pero también dijo "franco y directo". Esa es la otra señal. Agustina le está diciendo que se lance de una vez, que ya basta de teleteatro, ya saben a lo que fueron a esa pizería...
—Bueno, sí, a veces soy más delicado, sé cuando tener "tacto", pero en el fondo soy franco y directo, sí.
—Ya que estamos... ¿No te gusta nadie, che?— Y lo hace de nuevo, él piensa.
—Hay alguien que me interesa, sí.
—¿Y le tiraste los galgos? Quiero creer que con esas cosas sí sos franco y directo.
—¡Jaja! No es tan fácil, en realidad estoy esperando el momento apropiado por que también soy un romántico. ¡Aunque no lo parezca!
—Sí lo parece. Para mí sos re romántico. ¿No todo es ser sexy, sabés? El romanticismo tiene su encanto.
—Hay que tener un poco de cada cosa. Bueno— A la mierda con todo, es el momento, basta de rodeos! Eso piensa. —Entonces vos ahora estas sola. Digo, no te ves con nadie, me parece que es momento de dejar de buscar y de tener falsas expectativas.— Ahí es donde todo encaja, dejar de tener expectativas en alguien desconocido, apostar por alguien que se va a jugar por ella, por que ya se ha jugado, por que realmente la valora.
—Tenes toda la razón. ¡A la mierda, jaja! A la mierda con el amor romántico. O al menos por un buen tiempo...
—¡Jajaja! Bueno, bueno, pero no para tanto.
—¡Sí! Por eso me estoy viendo con un pibe, Nico, parece buen pibe...— El sonido se detiene en toda la pizzería, hacía calor pero ahora hace frío, el espacio se distorsiona como un embudo hacia atrás, se aleja, todo se aleja —Pero no importa mucho, es lindo, divertido, y no la va con vueltas. Vamos a bailar, transamos, nos fumamos unas, sin muchas expectativas, solo dos personas que se ven de vez en cuando. Nada especial, pero todo bien. ¿Entendés?
Otra vez, como le había pasado en otras ocasiones, algo alienigena le sube por el sistema digestivo. Se marea un poco, ese embudo del espacio-tiempo lo jala hacia atrás, la mesa se mueve como girando sin girar, cree ver un gesto de preocupación en Agustina. ¡Rápido, todo se desmorona! ¡Que vuelva el sonido, que todo se quede quieto! Pancho no puede desaparecer, se le ocurre ir al baño, lavarse la cara, decirle que está muy descompuesto. Ella parece que se está por dar cuenta de que algo le pasa, esto es un desastre...
Como un ángel guardián el mozo llega, trae la pizza y hace espacio en la mesa. Agustina corre su bebida y el servilletero, Pancho corre cosas, no sabe lo que corre, hace como que ordena y no sabe qué ordena. La pizza queda servida. Él la corta, la sirve, comen. Al final no se atreve a ir al baño y descomponerse, sería descortés. Finge que está todo bien, le da a Agustina los consejos de siempre y parece preocupado. Hace incapié en que es una etapa de distensión, que está bien, que siga así y no se apegue con Nico como lo hizo con Lucho. Agustina le pregunta sobre "la chica" que él había mencionado, le explica que ella le tira palos y que está pensando en verse y pasar el rato.
—Le voy a dejar en claro desde el principio que no quiero nada serio. No es que no quiera tener algo serio, solamente que ahora no quiero. Prioridades. Estoy estudiando y sabemos que eso del "amor para siempre" es un cuento de hadas. A lo mejor en un futuro, uno nunca sabe... Pero ahora no.
—¡Perfecto! Esa es la actitud. Estamos más o menos igual, che. ¡Brindemos por los buenos momentos!
—¡Brindemos por el futuro!
—Mejor por el presente. ¡Y por la amistad!

Tras despedirla en la parada del colectivo, como caballero que es, y saludarla mientras su imagen se aleja tras el vidrio del transporte, camina, piensa...
—A lo mejor es una provocación. A lo mejor me está dando celos, no me había hablado de ese Nico... No, es una boludes, él existe. Pero, igualmente no es nada importante dice. No es un amigo, ella afirmó al brindar que le importa la amistad. Bueno, también el presente.— La noche es oscura, es natural que se noten poco los colores, pero realmente para Pancho la noche tiene menos colores que los de costumbre. Las luces esporádicas de los vehículos surcan su campo visual. —No la entiendo. Parece que se da cuenta y vuelve a hacer lo mismo. Sigue prefiriendo a tipos de mierda, relaciones vacías. ¿De qué sirve ser caballero con ella? Bueno, la amistad... ¡Amistad! Eso es lo que soy para ella, un amigo. Los hombres buenos somos amigos, los malos amantes...
Menos color alrededor, las luces dan vueltas. Pancho sigue caminando, a veces se enmaraña de pensamientos y a veces no piensa en nada. A veces desea fumar y tener una gabardina y una fedora. Sigue caminando toda la noche. Pasa la noche...

El día se escurre, el sol blanquecino se asoma entre los edificios.
—¿Ya es de día? Ni sé por donde estuve caminando. Creo que reconozco esta plaza, pero se ve diferente. ¿Qué es lo que pasa? Hay como neblina, pero no es neblina. El pasto no es tan verde, los árboles tampoco. ¿Qué es lo que me pasa?— Se asusta. Realmente parece que haya bajado enormemente la saturación de colores. Como si su vida fuese una película pasada por un filtro de video. Realmente el pasto y las hojas son menos verde, aunque no llegan a ser grises. El sol que debería de ser amarillo rojizo propio de un amanecer, es más bien blanco. Se preocupa pero se da cuenta de que no durmió nada. Está cansado, pasó por una mala experiencia, la mente le juega una mala pasada. —Esto es como una película barata, de esas en las que retocan los colores y lo hacen mal. O a lo mejor una película vieja, que se repite una y otra vez y a la larga termina gastada. ¡Eso es! No son los colores que están gastados, soy yo. Yo estoy gastado, de ser un buen amigo al pedo.
Había llegado a una plaza decíamos. Entra, está algo vacía. No había notado antes que realmente todo parecía vacío. Llegando casi al centro de la plaza unas voces lo llaman. En una mesa de esas con tablero de ajedrez incorporado se encuentran tres sujetos que lo reconocen. Pancho tarda en darse cuenta, pero al final se percata de que son unos amigos del barrio que no ve hace mucho. Diferentes escuelas, diferentes caminos, se fueron distanciando. ¡Pero al verlos fue como revivir algo! Nuevamente sintió eso que sentía cuando se encontraban para ir a jugar la pelota al polideportivo.
—¡Che, Pancho, vení!
—¡Tanto tiempo Pancho! Que loco encontrarnos justo acá...
—¡Que hacen vagos! No nos vemos desde... Desde...
—Sí, hace bocha que no nos vemos. ¡Sentate! Tomate una birra con nosotros, se calentó pero bue.
—¿Ustedes tampoco durmieron?
—No. ¿De donde venis? ¿Estuviste de partusa, che?
—¡Jajaja! ¿Venis de una caravana?
—Estaba con una amiga...
—¿Una amiga?
—Sí che, ¿Una amiga decis? ¿Qué es eso de "amiga"?
—¡Jajaja!— ríen los tres.
—Una mina, bueno, jaja!
—Claro. La estabas jugando de "amigo". Sí, típica. ¿Y, qué pasó? ¿La pusiste?— El que está al lado lo golpea cómplice en el brazo.
—No creo que la haya puesto— dice el tercero —¡Mirenle la cara!
—Eh, no, no esta noche. No se dio, vieron... ¡Pero estoy en ello muchachos!
—No jodas, che!
—Cierto, no jodas. Mejor afrontá la realidad de una vez.
—¿Qué realidad?
—Estas jodido, estas en... ¿En donde? ¿Se lo decimos muchachos?
—¡Bienvenido a la "friendzone"!— Ese lugar temido por muchos, que es como un mito y una verdad a la vez.
—No creo que...
—Sí lo creo. ¡A todos nos ha pasado! La mina te mandó a la friendzone.— un lugar con un tiempo paralelo al tiempo, con un espacio descolorido y sin navidad. Un lugar donde muchos desahuciados del amor se encuentran para desahogar sus males.
—No, Agustina no es así...
—¿Quien?
—¿Agustina decís? Me suena. ¿No es la que andaba con Lucho?— un escalofrío le recorre.
—Sí, la que andaba con Lucho. La vi perreando con un tipo hace un par de días, pero no era Lucho.
—Lucho es un idiota!— Pancho se sacó, todo le daba vueltas.
—Pero a las minas les gustan los idiotas. Pancho, no te calientes— Se reían, pero más por dentro, se contenían.
—¡Es solo una mina!— Con un tono serio dijo uno ahora. Es cosa de hombres. Es normal reírse un poco pero hay códigos, a un colega se lo entiende, se le da un apretón en el hombro y se comparten unas birras sanadoras.
—Tomate un trago, tomá! No le des bola a Agustina. Se hace la buena piba pero es una trola— ¿Una trola? Eso es una grave ofensa. —¡Pero no mal interpretes! Todas son trolas en el fondo.
—Son todas iguales, no te calientes. O mejor dicho, calentalas, pasá un buen rato y ya.
—Te histeriquean, te usan el hombro para llorar, se transan a cualguier gil. Luego se quejan cuando las dejan, al final se terminan embarazando de algún boludo.
—A veces uno es un boludo... ¡Hay que avivarse a tiempo, che!
Recorre con los ojos la plaza, advierte que todo es diferente, letárgico. En un banco de madera hay un hombre con un ramo de flores conteniendo una primera lágrima. Un niño patea con furia una pelota contra un árbol y se le escapa, tiene que ir a buscarla. Un joven relojea su teléfono celular, él no puede contener la primera lágrima, luego le siguen otras, mira el cielo. El hombre del ramo de flores se levanta y lo arroja al tacho de la basura.
—¿En donde estás, che? ¡Pancho!
—¿Te diste cuenta al fin? Estamos todos en la friendzone acá.
—¿Será mi culpa? Al fin y al cabo siempre la jugué de amigo...
—No te comas la cabeza. Las minas son hijas del rigor. La próxima nada de amistad, palo y a la bolsa, che!
—Si, no le des vuelta. No dejes que te manden para acá. Adelantate y transatela, y si te histeriquea al carajo, te buscás otra.
—Te histeriquean. Son todas iguales.
Se había quedado estupefacto. Por un lado ellos tienen razón, y por otro, le parece estar escuchando a Lucho. Lucho por tres. Ellos siguen dando consejos, pero no son consejos. Reafirman una y otra vez lo perniciosas que son las mujeres. Retorcidas, calientapavas, histéricas, despreciativas. La friendzone es un lugar aterrador, descolorido, sin navidad, con catorces de febrero largos y lúgubres, con frustraciones, y lleno de hombres resentidos.
—¿Como mierda vine a parar acá?
—Ya te dijimos...
—Te dejaste boludear por la Agustina esa. Te mandó a la frienzone. Pero bueno. ¿A quien no?
—Al Lucho y al tipo con el que anda ahora no, jaja!
—Callate boludo, no le digas eso a Pancho. Mirá, Lucho y el tipo ese...
—Nico.
—Nico, Lucho. Los habrán mandado para acá alguna vez. Pasa que se avivaron. Nosotros nos avivamos. Vos tenés que avivarte.
—Tomá las riendas de tu vida. A la mierda con estas minas, vos hacé la tuya, no te dejes enroscar.
Algo no le estaba cerrando a Pancho —¿A ustedes los mandaron a la friendzone? Por que ustedes están ahora mismo acá. ¿Los mandaron a los tres a la vez y se pusieron a tomar birra o los mandaron alguna vez y siguen acá desde entonces?
—No entendés como funciona esto de la friendzone. Es como un lugar en el que todo converge, tiempo, espacio, y hombres inocentes tomados por boludos.
—En realidad yo creo que es un lugar para que nos encontremos y aprendamos, y nos avivemos.
—¡Eso, que nos avivemos! ¡Brindemos por salir de la friendzone y no volver a entrar!— Todos brindan, incluso Pancho, como a regañadientes, siguiendo el juego. Nada le cierra.
—Bueno muchachos. La verdad me alegro de verlos, me sirvieron mucho sus consejos.
—Estamos para eso.
—¡Para eso están los códigos, che! No nos escupimos el asado, y compartimos birras y consejos con los hermanos necesitados.

Pancho se había alejado ya de la plaza. Camina por una avenida y no la reconoce bien todavía. No sabe bien donde está, todavía no entiende este mundo paralelo, la "zona de amigos". Intenta salir de allí pero no sabe como. Empieza a sospechar que él mismo se metió ahí en algún momento de la noche e intenta recordar sus pensamientos. Sus pasos. Sus palabras. Las luces. La noche. Agustina saludando desde el colectivo. La pizzería que daba vueltas. El mozo. La puerta de la pizzería en donde estaba parado mirando pasar los autos y la gente, contando el paso de los minutos para verla. ¿Como se metió ahí? ¿Donde estuvo el error?

—Tiene que ser mi error. ¿Como me metí en la friendzone?— Ya no piensa, camina y ve, y oye, y siente, y surgen las ideas abstractas y sin forma definida. Como ocurrencias a punto de convertirse en ideas. —Desde que me hice el amigo para...— Y una bocina repentina lo descoloca. Se da cuenta que estaba cruzando en rojo. —¡Rojo! ¡Color!
—¡Fijate antes de cruzar, pelotudo!— ¡Oh, hermosas palabras del automovilista argento!
Se apura a llegar a la vereda, puede ver el color aunque siente el gris en su cabeza. Parece que empieza a salir de la friendzone.

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7 comentarios:

Sebastian P. dijo...

Jeje, la descripcion es arquetipica. Cuando Agustina dice "este viernes es para vos y yo" (deberia decir para vos y para mi, pero bueno) ¿lo dice para evitar usar el "nosotros"? ¿hay alguna intencionalidad ahi?
Panchito parece un pagafantas, ¿como va a decirle "querida amiga"?
Excelente la descripcion de la pizzeria, casi pude ver el menu. La escena cuando piden la pizza es fantastica, archihiperverosimil jaja, si habre visto situaciones similares. Siempre me molesto que los hombres pidan directamente para sus parejas. Por mas que conozcas a otra persona, ese dia puede querer comer algo diferente.
Un dato curioso, vistes que es un lugar comun lo de que "se caen las expectativas". Agustina dice que a todos nos ha pasado si vivimos suficiente, pero a mi no me paso nunca, lo de decepcionarme con una persona que me gustara. Si me paso que me gustaban personas que sabia que eran medio idiotas, y lo que pasaba despues era que le erraba en la cantidad de idiotez, pero era siempre una diferencia de grado, no especifica.
Bueno, lo curioso es que aunque Agustina parece mas madura que Pancho, en realidad ambos cometen los mismos errores, porque cuando Pancho siente ese asco por Lucho, lo que tambien se le insinua es que su idealizada Waifu, si se siente atraida por un tipo asi, no puede ser entonces lo que el cree que es.
Las reacciones de Pancho y como va especulando sobre la marcha estan muy bien logradas, debe haber sido divertidisimo escribirlo.
Bueno, ahi termine de leerlo. Es un excelente relato, por supuesto. Me gusto que converjan espacio-temporalmente diferentes Friendzoneados. La idea es muy buena, me hace acordar a "la ciudad" de "62 modelo para armar". Incluso podrias escribir continuacion. El personaje de Pancho esta ya tan bien definido (puntos extra por la gabardina y la fedora jaja) que se uno se queda con ganas de verlo interactuar. Agustina tambien, tan libre de descripciones fisicas (eso le gustaria a Celeste si alguna vez lee tu texto), me gusta el enfoque psicologico, mas que nada porque tiene mucho dialogo.

Jora dijo...

Solamente respondo tus preguntas para no hacer un monólogo...
Agustina no evitó el "nosotros", simplemente ni se le pasó por la cabeza. Puede que por que no eran amigos que estaban siempre juntos, pero sí en la mente de Pancho.
Panchito es un pagafantas, sip. El querida amiga es algo muy retorcido, por que le quería decir "querida" para no decirle "te quiero" pero era muy jugado, entonces lo camufló con el "amiga". No entendió nada, por que no es que la quería tampoco, bue.

Sebastian P. dijo...

Pensandolo bien, creo que fue justamente con ese "Querida Amiga" con el que Pancho abrio el portal hacia la friendzone. Esa fue la palabra magica, la llave cosmica que lo catapulto hacia otra dimension.
Y solo un "te quiero" podria sacarlo. De hecho, el "te quiero" o el "te amo", dicho claro o directo, lo sacaria para siempre de la friendzone, y lo enviaria hacia el romance o hacia el rechazo, ambas mejores y mas claras que la friendzone.

Jora dijo...

Ese "querida amiga", con todo su trasfondo, tiene un gran poder de distorsión espacio-temporal, jaja! Aunque le habrá dicho varios similares. La hipótesis que daría, por que si revelase la mecánica arruinaría la magia, sería que hay una fórmula, una serie de palabras, sucesos, amagues, que van abriendo sellos hasta la friendzone... El que la debe tener clara en todo este asunto debe ser el mozo, él habrá visto muchas veces a muchos viajantes cruzar el umbral!

Udjat dijo...

Emmmm... me gusta, aunque tiene algunos errores y palabras mal aplicadas. Algo recurrente en tus textos es que tus diálogos no son del todo naturales. Es decir, la gente no habla con tanta euforia o con ciertas expresiones que usas.
Mas allá de eso, estuvo bueno, tambien me gustó la parte de la pizzería. Debo decir que todos los personajes me parecieron idiotas. Principalmente el protagonista, que crea expectativas demasiado gigantes y se decepciona por lo que él mismo crea. Se nota a grandes rasgos que la mina es una idiota y que cuando dice "al diablo con todos" y "voy a tener una relación abierta y tranquila" en realidad está diciendo que quiere una pareja estable, pero que no le sale, asi que agarra lo que hay. Esa es una buena oportunidad para decirle "No che, escuchame, yo te quiero". Pero no, el idiota bah y se deprime.
La gente cobarde no es de mi onda, que se yo.
A los idiotas de la friendzone les hubiera pegado tres trompadas.
Y a la friendzone hay que mandarla al diablo y salir a disfrutar otros rumbos. Nada es permanente.
Al final si leí, no como dice el de arriba. Pero coincido, me gusta que no haya descripciones.

Jora dijo...

Quería caricaturizar un poco a los personajes, eso fue intencional.
Si no te agradan los personajes está bien, no tenía la intención de ser agradables. A decir verdad todos tienen sus errores. La piba, Agustina, es un poco como vos decís... Pasa que el foco es el buen Pancho que no enfrenta la realidad y no pone sus gonadas sobre la mesa, jaja!

Udjat dijo...

"el idiota va y se deprime", eso quise escribir, no sé porque escribí "bah"... tal vez soy tan idiota como el protagonista.