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2011-11-04

Ideologias Circunstanciales

La derecha y la izquierda son solo los lados opuestos de un mismo lugar…

¿Existe acaso otra ideología que no sea la circunstancial? ¿Existe acaso algo que no sea también parte de una circunstancia?

Definición de diccionario para “ideología”: Conjunto de ideas, creencias y módulos del pensamiento que caracterizan a un grupo, clase, religión, partido político, etc.

La ideología es una “forma de pensar” que se genera a raíz de la educación que un individuo ha recibido, sus experiencias de vida, situación social, relación con el entorno, otros individuos, trabajo, capacidad, recursos, intelecto… Es decir, que la ideología depende directamente de la clase de vida que el individuo tiene, es una respuesta mental a esa clase de vida, es entonces una reacción del individuo ante su circunstancia, con los hechos más persistentes y los hechos más efímeros.

El error que se tiene con respecto a las ideologías es la de confundir el arquetipo del héroe con las ideologías. Sí es posible morir por las ideologías, pero eso no las hace trascendentes. Las ideologías no tienen por qué acompañar al individuo desde su tierna infancia hasta su último aliento. Las ideologías pueden cambiar todo el tiempo, y de hecho lo hacen. Suele pasar qué, mientras que ideologías relacionadas con aspectos más superficiales de la vida cambian a menudo, las ideologías más profundas suelen acompañar a los individuos toda su vida. Pero esto de que las ideologías duren toda una vida se debe a que los individuos suelen permanecer toda su vida en la misma situación social. Sí podría mencionar ideologías que claramente cambian, como las que se generan cuando uno es por primera vez padre o madre, las que surgen al poder trabajar para uno mismo, las ideologías que se asocian a un partido político de moda, o a una moda o una subcultura. No podría olvidar mencionar que dentro de las ideologías profundas están las religiosas, aunque no por ser profundas son inquebrantables. Por todo esto, reitero que las ideologías dependen de las circunstancias.

Pero en esta publicación, al hablar de ideologías me refiero más bien a las ideologías políticas. ¡Y hay tantas! Aunque, aunque tantas, se podrían agrupar en tendencias socio-políticas. Pero para simplificar más aun las cosas y tener un bueno modelo me voy a limitar a la antigua polémica de “la derecha y la izquierda”.

La polémica parece que se remonta a la época de la revolución francesa. Parece que en el parlamento se agrupaban los individuos que tenían ideas semejantes, y resulta que del lado derecho de la sala se agrupaban los nobles conservadores que apoyaban al gobierno, y a la izquierda los liberales que referían representar a los débiles y pobres. Una jugarreta del inconsciente colectivo, ya que a la derecha siempre se la ha asociado con lo seguro y objetivo, y la izquierda con lo incierto y subjetivo, la una con lo masculino y luminoso, la otra con lo femenino y oscuro. No pretendo desviarme hablando de arquetipos, así que me quedo con los conceptos de derecha conservadora y noble e izquierda liberal y popular.

Acompaño la publicación con un rudimentario pero pedagógico dibujito en el que desde la izquierda a la derecha se presenta una abrupta pendiente, con los arquetipos al fin y al cabo, ubicados en diferentes lugares y con un triángulo con el signo del dinero dentro para indicar la presencia constante del capitalismo. ¡Jaja! Parece un dibujito tendencioso… Y lo es!

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En lo que se refiere a la simbología de la izquierda y derecha. La izquierda como liberal pretende cambiar los hechos. ¿Qué hechos? Los de las circunstancias. Y pretende cambiar los hechos por el único verdadero motivo por el que se puede pretender cambiar algo. Por qué es de carácter negativo para el sujeto, es decir, es des-complaciente, es incómodo, es desagradable. Y la derecha pretende conservar las circunstancias, obviamente por qué estas resultan favorables. Entonces la izquierda no está conforme con la circunstancias que se le presenta y la quiere cambiar por una que le favorezca. Y la derecha sí está conforme con la circunstancia que se le presenta y por ello pretende conservarla tal como está. De más debería estar decir que estoy tratando con absolutos hipotético, que es la única forma en la que pueden ser los obsolutos. Quien tenga ideología de izquierda va a querer cambiar su estado para mejor, pero conservar lo que ya tiene. Y los que tengan ideología de derecha van a querer conservar lo positivo del estado en el que están, pero siempre van a querer un poquito más…

Acá voy a hacer un alto para hablar un poco de otro tema del que debería haber hablado en anteriores publicaciones. ¡La constante búsqueda del poder! Para resumirlo, el ser humano desea poder, no por qué sea un ser humano, sino por qué está vivo y es parte de la naturaleza. Es natural buscar el poder, ya que solo con poder se puede asegurar la existencia. El primero y más importante de los instintos es el de auto preservación, y si se hila fino, todas las acciones humanas se deben a la auto-preservación. En los animales es más fácil notarlo, ya que no tienen las complejidades sociales que los humanos se han inventado luego de miles de años inventándose complejidades… En otro momento hablaré de la búsqueda de poder. ¿Pero qué es el poder? Es más o menos la facultad de hacer lo que uno quiere, es decir, el limitar las limitaciones. Por eso uno dice “yo puedo hacer tal cosa, pero no puedo hacer tal otra”. En la antigüedad el poder provenía de los músculos, luego se fue transformando en el dinero, y ahora se trata de números virtuales y de favores políticos…

Entonces tiene mucho sentido decir que es el poder lo que permite conservar lo que se quiere conservar y cambiar lo que se quiere cambiar. Si los individuos de izquierda tuvieran poder cambiarían las circunstancias que les desagrada y que los hace ser de izquierda. Y si los individuos de derecha no tuvieran poder, no podrían conservar las circunstancias que les agrada y que los hace ser de derecha. Por lo tanto, la derecha e izquierda están directamente relacionadas con el poder. Se es de izquierda por que se tiene poco poder, y se es de derecha por que se tiene mucho poder.

Ahora bien. Se podría hablar de muchas formas de poder, y todas estarían en lo correcto siendo lo incorrecto el aislar alguna o algunas de ellas como si fuese la única forma de poder. El poder no es solamente dado por el dinero. Al igual que los animales, los humanos tienen “líderes sociales”. Se trata de sujetos que de alguna forma representan y ordenan a los demás individuos. La votación democrática de los líderes parece ser la más justa manera de establecer líderes. Pero si un individuo o varios individuos deciden por los demás, entonces tienen claramente más poder que los demás. Una forma de poder es la lealtad que unos pocos se aseguran de unos muchos, una convicción religiosa aunque no necesariamente lo sea en el sentido estricto de la palabra.

Por naturaleza, la izquierda tiene poco poder, y aquél individuo que se haga de poder se aleja de la izquierda y se aleja a la derecha. Esto sin embargo es visto negativamente desde el punto de vista individual. Pero socialmente es indispensable. No podría existir una sociedad sin alguna clase de líderes. Los hay en las artes, en los medios de comunicación, en los deportes, en las instituciones, y en la política. Los conjuntos de individuos son caóticos, ya que por más buena voluntad que los individuos refieran tener, siempre van a prevalecer los intereses personales ante los sociales. Y luego de eso, siempre van a prevalecer las interpretaciones personales de los intereses sociales sobre las interpretaciones ajenas. Es por eso tan necesario el que hallan líderes y normas para que las sociedades, en el caos, no se disuelvan.

Entonces es natural el que exista una izquierda y una derecha.

Sin ir muy lejos y volviendo a lo simple e individual. Si hablamos de la derecha como conservadorismo e izquierda como liberalismo, todos los individuos tenemos conductas conservadoras o liberales dependiendo las circunstancias. ¡Las circunstancias!

No quiero extenderme más con la derecha e izquierda ya que creo haber dejado clara mi opinión. A lo que apunto es a que las ideologías de las personas son tan efímeras como lo es el tiempo y tan firmes como lo es la incertidumbre. Quienes gobiernen siempre serán de derecha, y quienes tengan pocos recursos siempre serán de izquierda, ya que derecha e izquierda resumen sus conductas ante sus circunstancias. Por lo que no es bueno fiarse de ningún gobierno y mucho menos entregarle las convicciones personales a algún mecías político. Y a ninguna clase de mecías, por supuesto.

Para concluir… Parece que lo más justo sería una homogeneización del poder, un poder regular para todos. Algo difícil. Lo primero que se piensa es el “comunismo”, y en ese caso no existe la propiedad privada ya que la propiedad es del estado. El ciudadano trabaja para el estado. Por lo tanto el pueblo es de una extrema izquierda, y quienes lideren el estado serán de extrema derecha, dictadores generalmente, y no muy diferentes en la práctica a los reyes de la edad media. La anarquía, por otro lado, ya es una utopía por demás ficticia. Si no hay ni autoridad ni ley hay poder personal y salvaje, algo así como “la ley de la jungla”. Y si no hay autoridad y pero sí ley, como la ley cambia con las sociedades, debe haber un organismo que modifique la ley, que pasa a ser una autoridad y por ende deja de ser anarquía…

…Parece ser que el progreso de la sociedad depende de la buena voluntad de las personas…

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2011-10-22

Espejismo literario


Benjamín—¡Carajo! Mis ojos me engañan. Juraría que esos dos viejos que juegan al ajedrez no eran ni más ni menos que Holmes y Moriarty. Con la fichas blancas y negras respectivamente…

Juan—No podía ser de otro modo!

Lucía—Estás loco Benjamín.

Juan—Pero si lo imaginas existe… ¿O no mi querida Lucy?

Lucía—¡No empiecen con eso!


...

2011-06-28

El Verdadero Sacrificio

Me motiva escribir sobre “el sacrificio” al escuchar la palabra una y otra vez en distintos entornos. Estos entornos son principalmente religiosos, y hay ciertas religiones, o pseudoreligiones, que usan la palabra abusivamente. Pero también se puede encontrar esa palabrea en otros ámbitos, como en sociedades varias, partidos políticos, movimientos culturales, y por supuesto… ¡Los ancianos conservadores! “Tenés que sacrificarte si querés ser alguien, si querés progresar!”

Primero que nada me gustaría plantear si en verdad es necesario el sacrificio… ¿Cuál es el fundamento que sostiene que haya que sacrificarse, sí o sí, para obtener algo? Es claro que para conseguir algo, se requiere una acción para con ese algo… Pero la idea de sacrificar habla de una pérdida y o de un padecimiento. La acción que se requiere para obtener algo se puede considerar como un esfuerzo, por lo tanto un padecimiento, por lo tanto, un sacrificio…

La vida que conocemos es en la práctica un gran esfuerzo. En realidad podríamos vivir muy sencillamente, con pocas pretensiones y ser muy felices. Pero no estamos a gusto con una vida muy sencilla. Ya sea por la ciencia, la sociedad, las imposiciones, las costumbres… Son muchos los factores que nos impulsan a la disconformidad con la vida que tenemos. Es cierto en parte que la vida que tenemos es una vida impuesta por el sistema, pero eso es parte de las circunstancias. ¿Qué pasaría si descubriésemos que la vida dolorosa que tenemos no sirve para nada? O mejor dicho. ¿Qué pasaría si descubriésemos que los padecimientos de nuestra vida no tienen ningún sentido? ¿Podríamos seguir viviendo de la misma manera si el sufrimiento fuese un capricho del destino? La única manera de tolerar el padecimiento de nuestras vidas es considerar que ese padecimiento tiene una finalidad. ¡Darle sentido al sufrimiento! ¡Que gran invento del humano! De esa manera se puede tolerar un poco la vida, ya que si sufrimos, tendremos una recompensa. Un divino equilibrio, una justicia natural, un plan universal… Me estoy adelantando.

Sabemos que para obtener algo es necesaria una acción. Ese es el principal fundamento para justificar el padecimiento en la vida. La acción es esfuerzo, y por lo tanto un padecimiento. Por consiguiente es lógico pensar luego que todo padecimiento puede conducir a una gratificación… Esa es la forma en la que podemos vivir el día a día. La vida es un sacrificio que nos proveerá de grandes gratificaciones cuanto mayor sea el sacrificio. Y esto desencadena en la idea de que, si la gratificación es proporcional al sacrificio, sería prudente sacrificarnos mucho! Muy prudente… Pero recuerdo haber escrito que el justificar el padecimiento con una gratificación posterior es una forma de tolerar los dichos padecimientos.

He mencionado que los padecimientos se relacionan con imposiciones sociales. En toda sociedad, como en todo grupo de humanos, hay individuos que por una razón u otra, adquieren poder sobre los demás. Obviamente el grupo de individuos otorga poder a un o unos pocos individuos por el motivo que fuese. Acá el sacrificio del grupo puede tornarse en un beneficio de la minoría poderosa. La minoría poderosa es fácilmente corrupta, eso es natural del humano. Dicha minoría hará muy bien en usar el concepto de relación sacrificio-recompensa a favor. La mayoría se sacrifica beneficiando a la minoría poderosa, la minoría obtiene beneficios inmediatos y la mayoría la promesa de una gran gratificación. Generalmente la mayoría es satisfecha con “espejitos de colores”. También se podría hablar de bolsas con comida, planes trabajar, asignaciones familiares, objetos ungidos, y el mayor engaño humano… ¡La eterna felicidad metafísica luego de la muerte! Ese engaño es perfecto. La vida misma es el sacrificio y a cambio se tendrá una eternidad idílica. ¡El paraíso luego de la muerte es tan grato que nadie ha querido abandonarlo ni por unos minutos para contarnos lo felices que están en él!

Socialmente la minoría poderosa siempre utilizará el sacrificio para abusar de la mayoría, eso es llevado al extremo por las religiones. Incluso se ha llegado a conjeturar que la vida es sufrimiento, y que para librarse del sufrimiento hay que sacrificar las pasiones… Volverse una estatua meditadora, sin sentimientos, inmersa en un estado letárgico…

Anteriormente dije que la vida podría ser más sencilla, y de este modo tener menos pretensiones. Las pretensiones en la práctica están generalmente ligadas a la vida en sociedad, al sistema, y al necesitar ser parte del sistema nos sometemos al modelo de sacrificio por recompensa…

Pero, pretensiones… ¿Lo que pretendemos, lo que queremos, es lo que nosotros queremos o lo que nos hacen creer que queremos? Pretendemos dentro del sistema, por que actuamos dentro del sistema. Deseamos un estatus social, una casa elegante, un auto, ropa bonita, un celular con pantalla táctil, el último CD del ganador del concurso de talentos… Independientemente de que estas cosas sean o no impuestas, son definitivamente valores del sistema, y nada implica que tengan valor personal para cada individuo.


Ahora cambiaré el sentido del texto…

Podemos aprender a diferenciar lo que la sociedad nos plantea como lo bueno, y lo que es bueno para cada uno. ¿Qué es lo que es bueno para usted? Juguemos un poco… Dejemos de lado el trabajo, la economía, la política, la familia, los clubes, la sociedad… Podríamos decir que lo bueno es bello y complaciente, pero eso no es lo que busco. Lo bueno es, para este texto, la manifestación más pura de uno mismo. Estar satisfecho de uno mismo, estar orgulloso, ser uno mismo… ¿Qué es “ser uno mismo”? Es ser honesto con lo que uno siente, no reprimirse, ser libre, elegir… Pero el “el ser uno mismo” entra en conflicto con el “ser parte del sistema”. Sé que suena muy jipi esto. No hablo de “luchar contra el sistema”, no hablo de irse a vivir a una comunidad a un bosque. O quizás sí, pero eso depende de aquello que uno desee…

Sí hay una lucha, pero no es contra el sistema. Como dije al principio, si se desea algo se requiere una acción para obtenerlo. Y ser un individuo en lugar de un “engranaje” requiere una acción. No es el tema la lucha con el sistema que nos impone una forma de vida, la lucha es con la comodidad que sentimos al ser parte del sistema. La lucha es con los temores a lo desconocido, a la falta de control sobre nuestra vida, al vértigo de las emociones! Ser libre implica diferenciarse, estar solo, vivir activamente, abolir el esquema de vida que hemos aprendido desde el nacimiento y crearnos nuestro propio esquema, o incluso vivir sin un esquema!

Sabemos ahora que considerar a la vida un sacrificio es una negación de lo malo que representa para nosotros la vida artificial a la que estamos acostumbrados. Al considerar la vida un sacrificio, se la está justificando, convenciéndonos de que hay una compensación o una razón para que exista el sacrificio. Reivindicamos el sacrificio para convencernos de que la vida artificial que tenemos es buena para nosotros…

Sé que soy repetitivo, quiero dejar las cosas claras… El sacrifico es razonable si se obtiene algo a cambio, entonces, se trata de una inversión. Pero, el verdadero sacrificio tiene que ser en beneficio de uno mismo.


El Verdadero Sacrificio…

El verdadero sacrificio es de uno mismo para uno mismo. No se trata de sacrificar un cordero, o de sacrificar dinero dándoselo a una asociación religiosa, o de menguar las pasiones de la vida, trabajar arduamente por un sueldo para comprar objetos o unas vacaciones, ni de estudiar día y noche para tener un título que quede bonito en la pared y que nos de acceso a un trabajo para tener un sueldo para comprar objetos o unas vacaciones…

La palabra “sacrificio” no es la adecuada… Pero si hablamos de sacrificio. ¿Qué es lo que tenemos que sacrificar? Sacrifiquemos a la persona complaciente y sumisa. Sacrifiquemos a la persona esquematizada. Un amigo mío hablaría de sacrificar a las ovejas… Sacrifiquemos al sujeto que nos han enseñado a ser, sacrifiquemos al sujeto en que nos convertimos para encajar. Dejar de lado la máscara, la ficticia y represiva personalidad que vivimos día a día, eso es un verdadero sacrificio. Requiere sacrificar las seguridades, las promesas, el futuro planeado, el eterno paraíso.

Como todo sacrificio hay una recompensa. ¿Cuál es la recompensa del verdadero sacrificio? ¡El ser uno mismo! ¡Sin mentiras autoimpuestas, sin aceptar las mentiras de los otros, sin condicionar nuestros sentimientos, sin esquematizar artificialmente la vida! Sacrifiquemos a la persona que cree que la vida es un sacrificio…


Eso es todo por ahora.


..

2011-06-25

Sobre el ungir objetos y sujetos...

Supongamos que hay una objeto, como un gran manto, que tiene cierto poder divino... ¿Quién le da el poder? La divinidad. ¿Por qué se lo da? Por qué alguien se lo pide.

Entonces, se puede pedir que en lugar de "divinizar" (o ungir) al manto, se divinice a uno mismo, así no va a ser necesario ningún objeto jamás!

¿Quién pide la divinización? (ungimiento) Un sujeto santificado, divinizado, ungido.... ¿Cómo es que ese sujeto obtiene ese estado? ¡Con fe! Con convicción en que puede acceder a la divinidad.

Puede acceder para divinizar a un objeto, o a si mismo...

Pero...

Se dice que el objeto divinizado, o manto ungido, o la intermediación del sujeto santificado, no tiene efecto si el receptor, el "creyente", no tiene fe. (Convicción)

Entonces… Para que se obre “un milagro”, o hecho divino, es necesario el poder divino. El poder divino puede ser imbuido en un objeto o en una persona. Para la divinización es necesario que ésta se solicite por alguien que tenga fe. A si mismo, para que el hecho divino suceda es necesario, irremediablemente, que el interesado también tenga fe. Por lo tanto!

Si es necesaria la fe del interesado para que obre el hecho divino, eso quiere decir… ¿Haber, me siguen? ¿Se les ocurre? ¿Sí? ¿No?

¡Eso quiere decir que uno mismo, si tiene convicción, puede ser divinizado a si mismo, o ungido, o bendito, o santificado, o entrar en comunión con la divinidad, o con Dios, o con la Diosa y Dios, o Gaia, o lo que sea!

Yendo al grano… ¡Quien tiene fe no necesita de sacerdotes, templos, objetos ungidos, ni cualquier otra cosa! ¡Quien tiene fe accede por si mismo a su dios sin la intermediación de nadie y de nada!

No puedo desearles bendiciones, a lo sumo, deseo que sean libres y que se bendigan a si mismos! Mis saludos.

Joaquín Armental