Hay dos cosas que hacen que un libro sea un buen libro. Una es que nos abstraiga de la realidad, que nos sumerja en el mundo que nos muestra, y eso lo notaremos al tener una lectura fluida. La otra es que nos presenta algunas situaciones que nos incita a cuestionarnos nuestro propio mundo.
Cuando un libro os parezca aburrido y denso, cuando os cueste seguir la trama y empiece incluso a molestaros, es momento de cerrarlo y buscar otro. Como cualquier situación en nuestra vida, no vale la pena continuar haciendo algo que no nos es placentero.
Réstenle importancia también a los libros que con convicción intentan convenceros de una realidad en especial. Los libros que enseñan no nos imponen una realidad, nos hacen dudar de la veracidad de la nuestra. Somos nosotros los que hacemos nuestra realidad, un libro solo puede inspirarnos.
Que un libro os parezca irritante no quiere decir que lo sea. Es mas probable que, al igual que las personas, simplemente no sea compatible con vosotros. Puede que también un libro sea mas adecuado para algún estado anímico, o para una etapa en especial de vuestra vida. Un libro que alguna ves os resultó incómodo puede ahora resultaros atrapante. Eso es por que vosotros cambiáis constantemente. No es tampoco correcto asumir que necesariamente los libros ameritan un cierto nivel intelectual. Entendemos lo que entendemos por que estamos preparados para entender justamente eso. Y “lo que no somos” no es por nada. Si no nos preocupamos por nuestra importancia podremos disfrutar el momento. Entonces, antes de suponer que un libro es mas o que es menos de lo que podríais contemplar, busca un libro que te guste.
Un libro es la visión del mundo según una interpretación de un personaje de una persona… Cada libro tiene su propio mundo que se ha separado del mundo de su autor. Asimilar el mundo de un libro es lo mismo que estancarse, así como asimilar el mundo de una persona es lo mismo que esclavizarse. Podemos aprender con un libro, pero siempre a mejorar nuestro propio mundo. Por esto también no hay que asumir literalmente un libro, jamás! Un libro es una documentación de un periodo. Si creemos que un libro cambia al releerlo, nos equivocamos, somos nosotros quienes cambiamos y notamos y nos enfocamos en diferentes aspectos del texto. Pero, dada la pequeña amplitud del mundo del libro y la limitada capacidad del medio para transmitir el mundo que el personaje que interpretaba el autor quería mostrar… Es por esto que el mundo del libro es imperfecto. Lo que pretendía ser, el libro nunca será, sino mas bien una sombra de ello, y de esa sombra interpretaremos un mundo diferente que afectara de forma alguna a nuestro mundo. Y con esto quiero decir lo que ya dije, que no hay que tomar literalmente un libro.
No hay libro divino en si mismo… Pero los libros están escritos por personas, y por esto tienen cultura. Están llenos de consideraciones humanas, perspectivas, opiniones, situaciones, ejemplos… Los libros contienen infiltradas partes de la humanidad, y ellas también nos enseñan. Se alimenta de la vida del autor, de la generación en la que vivía y su entorno social. Muchas cosas que hasta son imperceptibles para el autor están dentro del libro. Muchas cosas que el autor ignora, que vienen de mas allá de él, y también de lo mas profundo de él. Todas estas cosas están ocultas en el libro, en las palabras. El autor no lo sabe, nosotros no lo sabemos. No podemos estar seguros de qué le pertenece al autor y qué le pertenece al momento del autor. ¿Podemos incluso estar seguros de que lo que leemos en un momento no pertenece en realidad a nuestro momento y no al libro? Recordad que interpretamos lo que leemos.
Cada libro es un misterio lleno de tesoros que no podemos distinguir. El beneficio es que, al encontrar un libro que nos agrade, es casi seguro que nos proveerá de herramientas para mejorarnos a nosotros mismos. ¿Qué estad esperando? ¡Tomad el libro que os gusta y leedlo!
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