El pasado y el futuro no existen, los recuerdos y las especulaciones se entrelazan, al final terminamos inventándonos escenas convenientes y vivimos una parodia que encaja entre ellas. Pero el momento mismo, desnudo de recuerdos y especulaciones, deja caer despiadadamente los disfraces y ya no hay parodia. Solo hay piel y aliento, senderos y esquinas, palabras y miradas, y no son necesarias las escusas para converger en una nueva invención y vivirla...
De todos modos, he leído lo que me dijo que leyera, los paralelismos me dejaron pasmado y luego reí a carcajadas, ella me hizo amar a Cortázar en un instante, aunque esa es una tramposa desviación y yo lo sé...
Lo sublime es una dualidad que pretende ser uno, una danza ante el abismo. Es un vértigo sublime encontrar lo que uno busca.
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“Recuerden que un blog es como una amorfa masa biomecanoide llena de cilicios y falanges qué alegremente se alimenta de vuestros comentarios!”
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2014-06-27
2014-06-16
La densa falta de inspiracion
Una pesada densidad invadió sutilmente el cuarto, no supe bien en qué momento fue. Quizás era la sugestión de los libros que me había tentado leer pero que abandoné a las pocas palabras de haberlos empezado, quizás era el lapiz sobre los papeles en el escritorio, quizás era la ropa abrigada y la ventana que me separaban de un ambiente helado. La ventana... Sabía que había tras ella un calle con árboles conocidos y esporádicos vehículos que surcaban, pero cuando el momento era invadido por el silencio, la idea en mi era que tras esos vidrios y maderas no había más que un páramo solitario y bubloso. Todavía tengo esa sensación de ahogamiento desde la cena, y no creo que haya sido por lo que comí, o por la música que escuché.
La música es un episodio aparte, pensé en un momento que la música volvía denso el aire dificultándome el respirar, pero en verdad la densidad ya estaba, sentía que siempre había estado, y la selección de la música era la respuesta impulsiva de saberme en medio de esta opresión.
Ya había sentido la sensación que me invadía, lo terrible de ella era una ciega ansiedad, como un relato terrorifico que ya ha perdido la inspiración del miedo y solo concatena incomodidades... En mí se hace más latente por la falta de la apropiada inspiración, eso es lo terrible. ¿Como poder esplicar la desasón de querer crear si poder hacerlo? Querar escribir y no saber qué palabras plasmar, tener el lapiz muerto entre los dedos sin que se visualicen en el blanco las línes convincentes que inicien esa reacción en cadena. La inspiración creo, no tiene nada que ver con una idea, sino con un estado anímico, es una chispa que produce un efecto de concetración profunda en la acción que se realiza... Pero la falta de la inspiración, la ausensia de esa chispa... El entorno se solidifica, el aire se vuelve pesado, los muebles crecen y se vuelven gruesos y a punto de caer, el polvo repta hace uno, y las tentativas de producción son acorraladas por interrupciones e incomodidades.
No estoy seguro de poder escribir un cuento de hadas... Mi calabaza nunca fue carruaje, mis ratones nunca fueron corceles, y por los dioses que me alegro de no haber tenido zapatillas de cristal! En el cuento que ptrotagonizaría habitaría un pantano, denso y humedo, con oscuras aguas plagadas de alimañas y un cielo que se abre hacia un abismo arcano con eternos vigilantes rondandolo... Creo que jamás iría a rescatar a una princesa, es más probable que alguna ninfa trate de rescatarme a mi, pero con muy poco probable éxito.
Lentamente los párpados se dejan seducir por la densidad. El estancamiento oprime la consciencia y el sueño se entremezcla con el pantano y la multitud de alegorías recurrentes de mi pasado. El dormir se vuelve la muerte, y el sueño una promesa inocente y vacía. La disminución de los reglones y la mayor tardanza en llegar de las palabras, es la antesala de la derrota de esta batalla. Sin espadas, sin un caballo blanco, sin un castillo encantado... Solo una cama y un cuerpo cansado...
¿Qué fue eso? ¿Fue un trueno? ¡Valiosa esperanza! Presagio divino de la naturaleza... Una purificadora lluvia, talvés, venga a arrastrar esa pesadés hacía más alla de donde imagino. Las ninfas son de la naturaleza, las alimañas también, y yo soy de la naturaleza aunque me lo olvida con tantos artefactos en mi alrededor. Sé que no es ni más ni menos que la vivificación de una de esas alegorías con marcado simbolismo personal. ¡Pero la lluvia es tan poética para mi! Es la más pura de las poesías, la que siento al experimentar el entorno inmediato, y es un fenómeno mágico a su vez. Siempre me ha inspirado ese hambiente, quizás sea el desencadenante... Quizás la derrota del sueño me atrape antes de que se transmute el páramo pantanoso en pueblo adoquinado... Pueblo adoquinado, vieja iglesia, una posada cálida en una mañana de niebla, una señora gorda haciendo pan, un misterio aun no descubierto, el principio de una historia... ¡Y tan solo pasó un trueno!
Espero al despertar agarrar ese lápiz.
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La música es un episodio aparte, pensé en un momento que la música volvía denso el aire dificultándome el respirar, pero en verdad la densidad ya estaba, sentía que siempre había estado, y la selección de la música era la respuesta impulsiva de saberme en medio de esta opresión.
Ya había sentido la sensación que me invadía, lo terrible de ella era una ciega ansiedad, como un relato terrorifico que ya ha perdido la inspiración del miedo y solo concatena incomodidades... En mí se hace más latente por la falta de la apropiada inspiración, eso es lo terrible. ¿Como poder esplicar la desasón de querer crear si poder hacerlo? Querar escribir y no saber qué palabras plasmar, tener el lapiz muerto entre los dedos sin que se visualicen en el blanco las línes convincentes que inicien esa reacción en cadena. La inspiración creo, no tiene nada que ver con una idea, sino con un estado anímico, es una chispa que produce un efecto de concetración profunda en la acción que se realiza... Pero la falta de la inspiración, la ausensia de esa chispa... El entorno se solidifica, el aire se vuelve pesado, los muebles crecen y se vuelven gruesos y a punto de caer, el polvo repta hace uno, y las tentativas de producción son acorraladas por interrupciones e incomodidades.
No estoy seguro de poder escribir un cuento de hadas... Mi calabaza nunca fue carruaje, mis ratones nunca fueron corceles, y por los dioses que me alegro de no haber tenido zapatillas de cristal! En el cuento que ptrotagonizaría habitaría un pantano, denso y humedo, con oscuras aguas plagadas de alimañas y un cielo que se abre hacia un abismo arcano con eternos vigilantes rondandolo... Creo que jamás iría a rescatar a una princesa, es más probable que alguna ninfa trate de rescatarme a mi, pero con muy poco probable éxito.
Lentamente los párpados se dejan seducir por la densidad. El estancamiento oprime la consciencia y el sueño se entremezcla con el pantano y la multitud de alegorías recurrentes de mi pasado. El dormir se vuelve la muerte, y el sueño una promesa inocente y vacía. La disminución de los reglones y la mayor tardanza en llegar de las palabras, es la antesala de la derrota de esta batalla. Sin espadas, sin un caballo blanco, sin un castillo encantado... Solo una cama y un cuerpo cansado...
¿Qué fue eso? ¿Fue un trueno? ¡Valiosa esperanza! Presagio divino de la naturaleza... Una purificadora lluvia, talvés, venga a arrastrar esa pesadés hacía más alla de donde imagino. Las ninfas son de la naturaleza, las alimañas también, y yo soy de la naturaleza aunque me lo olvida con tantos artefactos en mi alrededor. Sé que no es ni más ni menos que la vivificación de una de esas alegorías con marcado simbolismo personal. ¡Pero la lluvia es tan poética para mi! Es la más pura de las poesías, la que siento al experimentar el entorno inmediato, y es un fenómeno mágico a su vez. Siempre me ha inspirado ese hambiente, quizás sea el desencadenante... Quizás la derrota del sueño me atrape antes de que se transmute el páramo pantanoso en pueblo adoquinado... Pueblo adoquinado, vieja iglesia, una posada cálida en una mañana de niebla, una señora gorda haciendo pan, un misterio aun no descubierto, el principio de una historia... ¡Y tan solo pasó un trueno!
Espero al despertar agarrar ese lápiz.
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