Sabores que inspiran
—Entonces... ¿A qué saben mis
labios?
—Tus labios saben a eternidad...
—¿Qué? ¿Cómo es el sabor a
eternidad?
—...Bueno, en realidad tus labios
saben a saliba, y a algo que comiste en el almuerzo, y tenía
cebolla...
—¡Jajaja! Ya me parecía...
—Pero, tus labios me inspiran
eternidad!
—¿A sí?
—La eternidad es una sensación, la
pérdida de la noción del tiempo, una abstracción del tiempo!
—Esa es una metáfora muy bonita. ¿Y
eso te inspiran mis labios?
—¿Que te inspiran los míos?
—¡Canibalismo! ¡Jajaja!
—Una peligrosa combinación...
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