“Recuerden que un blog es como una amorfa masa biomecanoide llena de cilicios y falanges qué alegremente se alimenta de vuestros comentarios!”

COMENTARIOS CON VERIFICACIÓN DE PALABRAS

Los comentarios en publicaciones con más de 7 días tardarán un poco en ser publicados.

2018-01-10

Mascaras en el tiempo

En un gran banquete muchos personajes se encuentran, interactuan y entre dardos-palabras y guiños-besos, se dedican a comer y beber.

En algún lugar, desde algún balcón, una figura de vieja o viejo cuyo género es indistinto, juega con un plato de sopa que parece agua sucia, está junto a una calavera también vieja, y ambos ríen. La figura de vieja ríe, y la calavera parece que es lo único que hace.

En el banquete una señora es gorda y no para de comer y galantear, y un señor está muy maquillado y su rostro es amorfo por las muecas resultado de ocultar y ocultar lo que quiere expresar.

En el jardín, una niña y un niño, ambos desnudos, juegan alrededor de una fuente. No se deciden si se meten o no se meten, y corretean descalzos por el pasto.

La gran sala de mármol blanco y negro, rodeada de columnas y balcones, solo se ilumina entorno a los comensales. Una dama vestida de paño negro, algo traslúcido si se lo mira bien, única prenda si se la mira bien, y sus cabellos rojos sangre amagando cubrir lo que el paño amaga descubrir. Un par de gemelos mal maquillados, comiendo y bebiendo como espejos.

La figura anciana sigue riendo y jugando con su sopa, la calavera le hace compañía. Los niños del jardín se atreven, meten sus piecitos en el agua fría, entre nenufares y el agua oscura, y pronto empiezan a salpicarse.

Carnes y verduras, y dulces y alcohol, recorren la gran mesa y sirvientes con máscaras cambian fuentes vacías por llenas. Un señor elegante, aun con sus guantes blancos, roba cerezas de una torta. Finge que no es visto pero sabe que es visto, y un señor algo más joven y no tan elegante le sonríe y le llena la copa de vino.

El jardín está oscuro, y la mayoría de la luz viene de un ventanal desde adentro, y de unas antorchas de una terraza. Entre las ligustrinas la oscuridad oculta sombras mágicas que danzan y sonríen al ver a los niños.

Hay una figura, en la gran mesa, un anfitrión. Su túnica púrpura y dorada y su rostro sombrío bajo una capucha. Sus dientes de marfil tintinean y alza una copa de oro que ofrece orgulloso a su concurrencia. Muchas siluetas, se levantan, ofrecen sus copas, aplauden, ríen jocosas.

La figura de la anciana queda en silencio, segundos, para estallar en risa luego. Mira a la calavera que parece comprender y cómplice le regala una enorme sonrisa con casi todos los dientes.

Todos brindan. Los comensales en sus ropajes ficticios, la anciana con su cuchara y su calavera, los niños flotando en la fuente y contemplando la eternidad del cielo de noche.

.

2 comentarios:

Sebastian P. dijo...

Fantastico. Muy en la linea de Arthur Schnitzler o de Marcel Schwob. Y por supuesto, como evitar la referencia a "la mascara de la muerte roja" de Poe.
Tiene un aire bastante gotico el relato. Se puede visualizar bastante bien la escena. Me gusta que no haya ni una palabra de mas en cada uno de los parrafos.
¿lo escribiste de un tiron o es un texto mas trabajado?
Al ser tan cortos los parrafos, es una prosa que coquetea bastante con la poesia. Es casi la mejor prosa para textos cortos.

Jora dijo...

Lo escribí de un tirón, pero en realidad lo que hice fue imaginar varias pinturas interrelacionadas entre sí. Y fui mencionando alegorías de las mismas. La única pintura que es verdadera es "Dos viejos comiendo sopa" de Goya. La idea se me vino a la mente por el contexto en que esa pintura había sido hecha. Aunque yo le di un contexto diferente.