Le había contado a mi amante sobre mis fantasías, y también sobre un montón de cosas intimas. Le conté a mi amiga sobre mi amante y mis sentimientos y preocupaciones. Ahora, entre miedos y confusiones le cuento esto al infinito, a una ventana inquebrantable que deja ver el universo estrellado. Y me pregunto para qué de contar estas cosas, cual era mi necesidad. ¿Mi amante y mi amiga? ¿Realmente me abrí con esas personas, o necesitaba abrirme, o necesitaba sentir que me abría? Al final, creo que solamente terminé usando a las personas de mi entorno para vomitar mis cosas. Como ahora lo hago con una ventana y con las estrellas del cosmos, pero el frío espacio no me hace sentir culpable. Tanto por que está frío, como por que no va a tener reacción alguna a lo que digo. El vacío, aparente, de la galaxia no se va a preocupar por mis palabras, no va a pensar en mis problemas y no me va a tener que dar jamás una respuesta.
Que ironía, yo pensando en todas estas cosas... Y sospecho que principalmente se debe al tiempo libre, al excesivo tiempo libre. Y que no se mal interprete, puedo hacer cualquier cosa para ocupar el tiempo, desde cosas socialmente útiles a cosas triviales o personales e íntimas. Pero tengo tanto tiempo libre, tanto que mi mente se escapa de mi compartimento, de la sección presurizada, de los jardines espaciales y de la colonia. Va más allá del cúmulo de colonias. Se escapa, salta de estrella a estrella, vaga por nuevos soles, y mientras tanto me devuelve dilemas existenciales. Cosas que en otras circunstancias probablemente no tendrían razón de ser, o ni siquiera pensaría. Tengo entendido, por que fue varias generaciones antes que la mía, que los humanos del planeta tenían que trabajar duramente para sobrevivir, y que no vivían más de noventa años y en un paulatino apagado del cuerpo y la conciencia. No imagino qué habrían pensado esos humanos. No creo que lo mismo que yo, a menos que por algunos motivos bien diferentes a los míos hubiesen tenido mucho tiempo libre.
Los humanos en el planeta, trabajando para sobrevivir, envejeciendo y muriendo. ¿Y tenían tiempo para contarles fantasías y miedos a los amantes, y preocupaciones y sentimientos a los amigos, y esperar respuestas y dejarse estar y divagar? No podían contemplar las estrellas como yo, o al menos debían esperar al anochecer y recostarse en el suelo, y sabiendo que se acercaba el amanecer para robarles el momento y una nueva jornada, sacrificios, muerte, rutinas... Talvés se preocupaban de las mismas cosas que yo ahora en un laberinto de metal extraterrestre. Talvés se preocupaban de las mismas cosas, pero con más intensidad por que se les iba la vida, y les duraban poco esas preocupaciones, por que el tiempo se les escurría. O eran preocupaciones más simples, como si comerían legumbres o verduras, o si comerían, o si saldría el sol nuevamente.
Tenían religiones, y ciencias que parecían religiones, y otros tipos de construcciones, talvés les ahorraban tantas preguntas. Y puede que hubiese en ello un poco de esa falta de tiempo, con tiempo libre uno se termina por cuestionar todo, desde lo macro hasta lo micro, y en la historia planetaria tardía ya había tecnología suficiente para que hubiese tiempo para pensar. A algunos no les habrá convenido que haya tiempo para pensar. Muy paradigmático, a nuestros benefactores extraterrestres no les importó que tengamos tiempo para pensar, al contrario, nos ofrecieron el tiempo, la vida, la eternidad tranquila en este confinamiento a cambio de nuestro planeta. Decían que no lo merecíamos y que nos estaban haciendo un favor. La verdad es que fue cierto... Aunque no dejo de pensar en que esta colonia, como las otras, no son más que enormes y comunales, hermosas y paradisíacas cárceles de lujo. Estamos confinados a la eternidad para hacernos todas las preguntas que se nos ocurran, o matarnos. Matarnos por que no encontramos respuestas, matarnos por que ya no encontramos preguntas, matarnos por que la eternidad no ha borrado la identidad.
¿Pero que le estaba diciendo al espacio eterno de titilantes estrellas? Que mi amante y que mi amiga, que las fantasías y los sentimientos. ¡Ah, sí, ya recuerdo! Que temo que las estoy usando, no sé bien para que, para desquitarme quizás. No sé por qué. Si puedo desquitarme con esta ventana hacia el infinito. ¿Espero una respuesta? Hace mucho, mucho tiempo, los mortales planetarios vivían y morían pronto, necesitaban refugiarse en otros humanos y las respuestas de los otros, mortales y efímeros también, tenía un valor que ya no tiene sentido. ¿Que espero encontrar en las respuestas de otros longevos y aburridos organismos de una colonia espacial? Puede que la humanidad, a lo mejor la humanidad tiene mucho de diversidad y espontaneidad, de estímulo y respuesta. ¿Qué espero encontrar y por qué me siento tan culpable?
¿Mi amiga y mi amante ya se habrán preguntado estas cosas o todavía no les ha tocado?
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6 comentarios:
Pareciera un mundo real (tu amiga) y el imaginario (tu amante. Me gusto cuando uno se abre pienso que se siente culpable porque ahora es vulnerable, en esa historia no?
El mundo en sí es muy fictísio, es de ciencia ficción, trancurre en el futuro en una nave espacial.
Para el personaje, la amiga y la amante son personas reales.
Se siente culpable por que piensa que usa a su amiga y a su amante para descargarse de sus problemas.
No veo la diferencia entre abrirse y "sentir la necesidad de abrirse" o "necesitar sentir abrirse". ¿abrirse no es justamente ceder ante la necesidad de sincerarse con alguien? En cualquier caso cedes a un deseo propio. El otro, el receptor, no tiene nada que ver.
En ese sentido, es lo mismo sincerarse con una pared que con una persona.
Sí, exacto! Ahí empieza el tema, por que el personaje se da cuenta de ello, termina sincerándose con una ventana y se pregunta para qué se sincera con personas si no es necesario. También se siente culpable, y también hila pensamientos en torno a la acción de preguntarse cosas.
Este texto es de los que mas me gustan que hayas escrito. Tiene ese "tal vez" mal escrito que me pone loca, pero bueh. Muy entretenido, y bastante bien planteado.
Lástima que no se de cuenta el que habla, que no puede usar a alguien si esa persona no quiere que la usen. Asi que su amiga y su amante escuchan porque quieren escuchar o porque aceptan escuchar. A menos que las estén amenazando. En cualquier caso todos tenemos siempre interés por escuchar sobre algun problema que no sea el nuestro, aunque sea de chusma, aunque sea para tapar lo que nos pasa. No hay un uso en abrirse, cerrarse a otros es peor, porque no descargas y porque no permitis que nadie te conozca. Y eso es un palo para vos.
Talvez es quizás, tal vez es "esa ocasión"...
Ya veo por donde va el palo... Aunque la cosa no va tanto por el "usar" a los demás. La cosa es la necesidad de proyectarse en otro. El personaje termina hablando con una ventana y a la vez con el espacio estrellado. Asume, entre otras cosas, que al hablar de sus problemas le es más importante su acción de exteriorizar que la interacción misma con otros humanos.
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