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2019-04-22

Instrucciones para comer una palmerita


Introducción

La palmerita es una factura conformada por una tira de masa de hojaldre enrollada en una doble espiral, de tal manera que ambas espirales se unen. Se puede interpretar que representa un momento entre una expansión y una implosión. Me gusta pensar que representa el momento presente, con un pasado que se comprime hasta un principio difuso, y un futuro que también se comprime hasta un final difuso. La palmerita representa ese “ahora” en el que recordamos más o menos lo que hemos estado haciendo, y vislumbramos más o menos lo que vamos a hacer, pero nada más. La palmerita representa la finitud del ser y la importancia de ser consciente de ello.

Instrucciones para comer una palmerita

1. No se puede comer una palmerita como cualquier galleta, como un polvorón por ejemplo. Se debe comprender que representa una dualidad y por lo tanto lo más sensato es partirla, separando ambas espirales.

2. Cada espiral puede representar algo diferente, o lo mismo, ya hemos quebrado esa unión que le da el significado de presente finito. Elegimos uno de los espirales, y elegimos uno de los lados que deberá estar para arriba.

3. Es siempre recomendable dejar para arriba el lado de la espiral que represente una concavidad, en el caso de no estar bien definida esa concavidad, siempre es una buena alternativa dejar hacia arriba la parte más oscura.

4. Habiendo elegido una espirar, y habiéndola puesto en la orientación correcta, lo apropiado es proceder comiendo la punta “quebrada” de la espiral. Luego y comiendo dicha tira de espiral hojaldrada, siguiendo el camino de la espiral, achicándola progresivamente.

5. Al llegar al centro de la espirar, cuando ya no sea posible comer la tira por que ese centro es indefinido, cuando ya se ha convertido en una suerte de pastillita hojaldrada. Entonces, muy recomendable tomarse un momento para contemplar ese “centro” hojaldrado y reflexionar sobre todo aquello que desconocemos de nuestra vida, sea por que no lo recordamos o por que no podemos predecirlo.

6. Repentinamente, como quien se arroja al mar desde un acantilado, comer el centro hojaldrado de un bocado disfrutando su sabor lo más que se pueda.

7. Debemos reflexionar nuevamente, pensar que hemos comido la mitad de la palmerita. Estamos en ese punto medio de la finitud, como cuando cumplimos treinta años y nos damos cuenta de que ya nos queda solamente envejecer hasta perder la juventud, las ganas de vivir, la memoria y la actividad sexual.

8. Tomar la otra espiral y comerla de manera similar a la anterior.

9. Es recomendable qué, de haber preferido uno de los dos extremos vitales en la espiral anterior, sea el principio o fin de la existencia en este universo, ahora optar por el otro. Entonces, comer el centro.

10. Bien, ya hemos comido la palmerita. Ya ha terminado, ya podemos sentir y reflexionar sobre la finitud de nuestra vida. Somos efímeros, somos fugaces, somos irrelevante en este basto universo. Si tenemos alguna bebida con nosotros, como mate, o café, o lo que fuera, beber un profundo sorbo y continuar con lo que estábamos haciendo.



¡Advertencia!

No puedo obviarlo, aunque sé que a veces es tentador dejar a los interlocutores con la tranquilidad de la ignorancia, pero terribles males pueden acontecer de no comer la palmerita de la forma correcta.

Proyectamos en la palmerita un profundo valor de la finitud de nuestra existencia, y al comerla con el ritual correcto participamos de un subliminal conocimiento de nuestra finitud. Esa experiencia nos prepara para sobrellevar la ínfima vida nuestra en el incalculable océano del universo, y también todos esos momentos pequeños pero enormes de nuestra historia. Esos momento que nos prometen el todo pero duran poco más que nada, y nos dejan con un vacío, vacío de que “eso” ha terminado, y de qué nosotros hemos de terminar.

No comer la palmerita de la forma correcta no solo no nos permite aprender sobre la naturaleza efímera de nuestro ser para enfrentarla con entereza y responsabilidad. También, nos adoctrina a creer que podemos tratarlo todo de la misma manera. Por qué sí, la palmerita es tanto “el todo” y “la nada” a la vez. Comer erróneamente la palmerita nos acerca a la erroneidad en todo aspecto, y esa es una espiral autodestructiva a la vacuidad!


Ahora sí, buen provecho!


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3 comentarios:

Sebastian P. dijo...

Gran texto. ¡y en comodas instrucciones! ¡y son solo 10! ¡cualquiera puede comer una palmerita con estas comodos pasos! ahora tendrias que escribir un pequeño ensayo sobre como encontrar los anillos de Cafe en el surtido terrabussi, o sobre las diferentes metodologias y tecnicas para comer una oreo. Y, por supuesto, un texto sobre la angustia de meter la mano en el paquete de don satur y sacar uno quemado o sin muchas azucar... ¡Podriamos escribir un libro maravilloso basado en leyendas y anecdotas y recetarios sobre galletitas! Yo escribiria uno, por ejemplo, sobre el origen y el destino de las cajas metalicas de galletitas.
El simbolismo de la palmerita como doble espiral es genial. ¿la palmera no es el arbol de la vida en la cabala? Hay mucha tela para cortar ahi.

Julia C. dijo...

Madre mía, la cantidad de palmeritas que me he comido incorrectamente en mi vida. No sé cómo aún ando cuerda y pasando por persona cabal en la sociedad :DD

Qué bueno, Jora, me he divertido mucho leyéndote y es que tienes una gran imaginación. Eres la prueba de que se puede escribir sobre cualquier cosa, por intrascendente que parezca, y darle un sentido superior.

¡Un abrazo!

yessykan dijo...

Hola Jora,
!Yay, con lo que me gustan las palmeritas!
!Me a culpa! e estado en pecado, cómo es posible que haya dejado pasar la regla de comer apropiadamente este delicioso manjar.
Vaya instructivo y suculento relato, me encanto esa ágil imaginacion tuya.
Saluditos