#microrelato
—¿Por qué habría de necesitarlo? Digame...
—Pues, dicen que espantan a los vampiros.
—Dejeme adivinar, usted es un vampiro. Se le nota por su piel, su mirada hambrienta y la sangre en su mentón.
—¡Que horror!— enseguida el vampiro se limpió, pero se detuvo —Que más da, si voy a volver a mancharme— y se acercó al vendedor.
—Lo que ahuyenta a los vampiros es la fe, no importa en qué— el vendedor sacó lo que parecía un tubo luminoso, la luz crecía y crecía, y el vampiro sentía que se quemaba.
—¡Me duele! ¿Que es eso? ¡Ahh!— Y envuelto en nieblas huyó del comercio.
—No importa en lo que uno tiene fe, lo importante es que sea fe verdadera— el hombre contempló el pene de goma y sonriendo lo regresó al estante.
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1 comentario:
Humillante derrota para el vampiro jaja. El pene de goma podia ser un objeto sagrado de algun misterio o culto falico, a lo mejor el dependiente era un orfico.
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